Por qué soñar, si nunca se hace nada realidad. Trece años cerrando los ojos y ¿qué he conseguido? Solo oír mi susurro en un espacio complejo, donde deprimirme más tan solo por oír lamentos, lloros e intenciones de marcar mi rabia matando a rencor con palabras a quien no se lo merecían.
Donde conjugar el pretérito más perfectos de los versos mejores dichos.
Perseguir mi última toma de aire, antes de que se me resbalen mis últimos cinco segundos.
Paradojas de este mundo, el tiempo se pasa lento, pero si estoy contigo se pasa en suspiro.
Del mañana no se lo que será, pero de hoy te digo que no volveré a soñar, seré feliz, para ir a un mundo mejor.
La ilusión con lleva miedo, pero lo conseguiré.
Ya no seré un holograma, seré real.
Prisionero eterno dentro de un cristal.
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